El fútbol en Chernobyl

Gracias a la magnífica serie que ha producido HBO denominada Chernobyl, un hecho histórico catastrófico como el desastre de la central eléctrica nuclear Vladímir Ilich Lenin se ha puesto en boca de todos. Los que lo vivieron, lo han recordado, y los que no, han aprendido e indagado sobre el tema. Da igual el camino desde el que vengas, aquí vamos a comentar no lo sucedido allí, sino la repercusión o la vida que tuvo el fútbol en la ciudad de Prípiat, en una Ucrania perteneciente por aquellos años a la URSS. La idea original de esta entrada ha sido obtenida de un canal de YouTube, concretamente, del periodista deportivo Rodrigo Fáez, quien trata con dinamismo y datos de interés el mundo del fútbol. Os lo recomiendo.

Nos situamos en el año 1986, año recordado por los futboleros gracias a la Selección Argentina que se llevó el Mundial celebrado en México. El campeonato disputado entre el 31 de mayo y el 29 de junio quedará en los anales de la historia del fútbol por esa intervención divina de Diego Armando Maradona en los cuartos de final frente a Inglaterra. La albiceleste venció por 2-1, dejando para siempre en el recuerdo dos de los goles más míticos de este deporte. Por un lado, la llamada "Mano de Dios, que apareció oportuna en el minuto 51 para empatar el partido. Maradona llegó a declarar tras el partido que el gol lo había marcado "un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios". Lo que vino a partir de esa declaración, es historia. Por otra parte, el denominado "Gol del Siglo", en el que Diego arrancó en el minuto 55 desde su propio campo y fue evitando a los ingleses en una increíble conducción de balón hasta marcar gol regateando a Shilton, el portero inglés.

Si nos centramos en lo que nos incumbe en esta entrada, el desastre de Chernobyl, lo cierto es que las causas y el desarrollo del accidente son objeto de controversias, entre otros motivos, por el secretismo y ocultismo de la propia URSS. Este accidente nuclear sucedido el 26 de abril de 1986 dejó repercusiones medioambientales irreparables, igual que humanas. Además de los altos niveles de contaminación que destrozaron fauna y flora, hubo consecuencias directas en la salud de trabajadores de la fábrica, bomberos y personal de rescate. Con respecto a los ciudadanos de Prípiat y demás poblaciones cercanas a la zona del desastre, fueron trasladas o se movilizaron hasta alcanzar una distancia lo suficientemente segura para no verse afectadas.

Por este motivo, uno de los delanteros más míticos de los últimos tíempos, Andriy Shevchenko, jugador estandarte del Dynamo de Kyev o Chelsea, tuvo que huir de su ciudad (Dvirkivshchyna) que se localizaba a 231 kilómetros de Chernobyl. Siendo niño (unos 9 años), escaló al tejado de una casa donde había ido a parar una pelota con la que estaba jugando. Allí descubrió lo que era para él un enorme premio, ya que se encontró diversos balones perdidos. De esta manera, volvió a casa con el lote de cueros, a los que su padre, que era mecánico militar, sometió a estudio de radiación a partir de un dispositivo que tenía para ello. Comprobó que, efectivamente, tenían grandes índices de radiactividad, por lo que la familia entera abandonó su pueblo natal y se refugió en Kiev, lugar donde sometieron a Shevchenko a unas pruebas médicas para descartar cualquier tipo de contaminación. Con la fortuna de estar limpio, años después volvería y comenzaría una de las carreras futbolísticas más exitosas que se recuerdan en Europa del Este. Un futbolista considerado por la mayoría de ucranianos como el mejor jugador de la historia de su país, Balón de Oro en 2004 y anotador de 413 goles en 847 partidos.

Sin embargo, no solo tenemos historias individuales, como es el caso del bueno de Andriy. Tenemos historia pura de un club, un estadio, un equipo. A mediados de la década de los 70 se va a fundar en la ciudad de Prípiat -que gozaba de grandes servicios como ciudad moderna y recién construida (escuelas, hospitales, hotel, cine, bibliotecas, campos de fútbol y baloncesto...)- un club de fútbol denominado FC Stroitel Pripyat, también conocido como El Constructor. Los protagonistas del mismo serían los trabajadores de la central nuclear, que tendrían el sueño de llegar al niver de los grandes del fútbol soviético, como era el caso del Dynamo de Kiev. Vasili Kizima Trofimovich, único presidente que tendría este club, era el jefe de la construcción en la central y tenía una clara intención de apostar por El Constructor. Esto favorecía unos contratos de trabajo llamativos para los futbolistas que decidieran formar parte del equipo. Según Valentin Litvin, que fue capitán de la escuadra ucraniana, el presidente tenía una idea clara, algo que transmitía con frases como esta: "Tenemos gente en cuatro turnos de trabajo. Nadie se va a relajar en ninguna parte más que yendo a ver el fútbol y bebiendo una botella de cerveza".

A partir de 1981 comenzarán a llegar jugadores más profesionales, comandados por un entrenador de leyenda para los ucranianos, sobre todo, por lo realizado en su etapa como jugador. Era Anatoliy Shepel quien, recién retirado del fútbol profesional y quedando para la historia como un gran goleador del Dinamo de Kiev y Dinamo de Moscú, tomó los mandos del FC Stroitel Pripyat. Dese ese año, El Constructor participaría hasta en tres competiciones por temporada: campeonato amateur de la región de Kiev, la Copa de Kiev y el Torneo de los Colectivos de la Cultura Física. Este último era, sin duda, el más importante de los tres y también el más complejo, ya que el ganador adquiriría una plaza en Segunda División del campeonato de la URSS, por lo que el club se convertiría en profesional. A pesar de proclamarse campeón de la región tres años consecutivos, no lograron hacerse con la Copa ni tampoco con el campeonato de Colectivos. Sin embargo, la temporada de 1985 es considerada la mejor de su historia, ya que conseguiría practicar un fútbol bastante vistoso que daría lugar a unas estadísticas muy positivas, siendo El Constructor el equipo  con mayor cantidad de goles a favor y mayor diferencia de goles.


Este fantástico año deportivo se vería respaldado con una gran noticia para los seguidores del Stroitel. Se decidió construir un nuevo estadio, denominado Avanhard Stadium, que tendría una capacidad para 5.000 espectadores y que planificaría su inauguración para el año 1986. Desgraciadamente, ese sueño de instalarse en un nuevo recinto que habría supuesto un salto de calidad para el equipo local y que lo habría llevado al primer nivel del fútbol soviético, se desvaneció por completo. Justo cinco días antes del estreno de este estadio, el 26 de abril de 1986, se dio la explosión del reactor número 4 de la planta nuclear de Chernobyl. De esta forma, jamás rodó la pelota en aquel césped del Avanhard Stadium.

En cuanto al FC Stroitel Pripyat, abandonó como toda la población la ciudad de Pripyat. Su destino fue Slavútych, un núcleo localizado a unos 45 kilómetros aproximadamente de su lugar de origen y que se construyó para acoger a los damnificados por el desastre ocurrido en la central. Es precisamente el nombre de su nueva sede lo que hará modificar la denominación del club a FC Striotel Slavútych. Sin embargo, el equipo sobrevivió tan solo dos temporadas más, poniendo punto y final a su existencia en el año 1988. Su triste desaparición no debe manchar la historia tan compleja que tuvo que afrontar junto a todos los ciudadanos de Pripyat en una de las catástrofes medioambientales más grandes de la historia de la humanidad.


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