Mitología En Los Escudos Oficiales. Parte II: Italia

Estamos ante la segunda parte de esta sección de Mitología En Los Escudos Oficiales, en la que comentaremos, en esta ocasión, la heráldica de equipos de la Serie A o Primera División de la Liga Italiana. Sin duda, la historia de Grecia e Italia en la Antigüedad es de las más interesantes de la esfera planetaria en aquel contexto cronológico. Imperios, guerras, conquistas, filosofía... y por supuesto, dioses y más dioses, latinos o griegos. Como vimos en la anterior entrada, esto ha tenido repercusión hasta nuestros días, ya sea por formas de culto, o por algo tan común y extendido como un deporte: el fútbol. Aún así, en este apartado no sólo veremos vinculaciones mitológicas, sino también relaciones puramente históricas a partir de hechos que sucedieron en la antigua Roma.

El primer escudo que comentaré no será otro que el de uno de los clubes más clásicos de la Serie A: Associazione Sportiva Roma. La fundación se sitúa el 7 de junio del año 1927 a partir de la fusión de tres clubes de la Ciudad Eterna (Roman Football Club, Fortitudo Pro Roma y Alba-Audace, los dos últimos con un elemento clave en su escudo y que se repetirá en el de la AS Roma), algo que fue motivado por el Partido Fascista italiano, que quería en la capital del país un único equipo robusto capaz de hacerle frente a aquellos equipos del norte que dominaban el calcio: Juventus Football Club, Football Club Internazionale de Milano y Associazione Calcio Milan. Es curioso, pero en dicha fundación se procuró unir a otro equipo de la ciudad, la Lazio, que se negó por la personalidad más influyente que lo encabezaba: Giorgio Vaccaro, general militar fascista que intentó que dicho club fuera el que absorbiera a los demás y no la AS Roma, algo que no fue aceptado. Por ello, la Lazio continuó separada y sin cambios.

El elemento que sobresale en el escudo del club giallorosso es la llamada Loba Capitolina, que amamanta a dos niños, concretamente Rómulo y Remo, claves en la historia fundacional de Roma. Antes de pasar a comentar su historia, hemos de señalar que en Italia encontraremos otro equipo que muestra la misma escena mítica: Associazione Calcio Siena o Robur Siena (este último, el nombre actual, ya que el club primigenio se desintegró). Con su sede en Siena, en la región de la Toscana, es fundado en el año 1904. Lo cierto es que apenas ha estado en primera división tan solo diez temporadas, el resto de su historia ha estado a caballo entre la segunda y la tercera división italiana. Su hecatombe vendrá a partir de 2012, ya que el club se insertará en una crisis económica que conllevará una pérdida de puntos por diversos impagos. Finalmente, el 15 de julio de 2014, la Associazione Calcio Siena se proclama en bancarrota, lo que lleva a la desaparición de la entidad. Sin embargo, el club se refundará con un nuevo nombre: Robur Siena Società Sportiva Dilettantistica, el cual se inscribirá en la denominada Serie D o Cuarta División de Italia.

Una vez realizada esta introducción de los dos clubes que presentan a la loba y a los dos pequeños, debemos explicar el por qué aparecen en su emblema. Nos situamos en la antiquísima urbe de Alba Longa, de la que era rey Numitor, descendiente de Eneas, héroe de la guerra de Troya que logró escapar de la contienda y que es considerado progenitor del pueblo romano. Numitor fue desbancado por su hermano Amulio, que ansiaba el poder por encima de cualquier cosa. Tanto, que para conseguirlo decidió acabar con todos los hijos varones del rey y convirtió a la única hija, Rea Silvia, en virgen vestal. Esto último con un objetivo claro: el voto de castidad necesario para ejercer como vestal aseguraría que no tuviera descendientes. Sin embargo (y conociendo como eran los dioses de inquietos...), Marte, dios de la guerra romano, se enamoró de esta chica y la violó en un sueño. De esa semilla nacerían dos gemelos y protagonistas de esta historia: Rómulo y Remo. Amulio, con gran enfado al conocer el nacimiento de estos chicos, decidió ahogarlos en el río Tíber. Los niños fueron puestos en una cesta a la deriva (¿os suena quizá al Príncipe de Egipto?) pero el destino y los dioses quisieron que dieran a parar a una higuera donde quedaron encallados. Allí, una loba los recogió y los cuidó tal y como si fueran sus propios lobeznos en una gruta que se convertiría en zona sagrada posteriormente para los romanos y que recibiría el nombre de Lupercal.

Poco tiempo después, un pastor, llamado Fáustulo, se encontró a los dos niños y decidió, junto a su mujer Aca Larentia, cuidarlos a la vez que a sus hijos. Una vez que crecieron y conociendo su origen, ambos volvieron a Alba Longa, donde Rómulo acabó con la vida del usurpador Amulio y concedió el trono al legítimo rey Numitor, su abuelo. Éste, a cambio de su esfuerzo, decidió concederles la posibilidad a los gemelos de crear una ciudad a la que darle su propio nombre. Ambos hermanos se dispusieron en dos colinas diferentes (Remo en la colina del Aventino y Rómulo en la del Palatino) esperando una señal de los dioses para comprobar cuál de los dos era el elegido como fundador. Todo se decidiría a través de un augurio, en este caso relacionado con el vuelo de los pájaros, algo que fue típicamente romano en el ámbito supersticioso; Rómulo vio doce pájaros volando en perfecta formación, mientras que su hermano, Remo, vio tan solo a seis. Rómulo fue quien se proclamó vencedor al ver mayor número de pájaros, por lo que procedió a fundar su ciudad con el nombre de Roma. Fue entonces cuando el hermano victorioso trazó las delimitaciones territoriales que tendría la Urbe y, además, creó la primera muralla para poder defenderla. Pese a los avisos a sus ciudadanos de que no debían permitir a nadie el acceso a través de los muros, el destino le tendría preparado una difícil situación al fundador. Remo, muy atrevido y molesto con su derrota, se burló de las alturas de la muralla y las rebasó. A Rómulo, claro, no le quedó otra que terminar con la vida de su propio hermano y predicar con el ejemplo.



Esta es, de forma resumida, la fundación de la llamada Ciudad Eterna. Pero la pregunta que puede suscitar todo esto es la siguiente: ¿Por qué aparecen en el escudo de clubes de dos ciudades distintas? Tanto la AS Roma y el Robur Siena presentan esta leyenda en su heráldica y, sin embargo, trata sobre la creación de Roma, no de Siena. Lo cierto es que la historia no acabó ahí. Remo tenía dos hijos, Senio y Ascanio, que también eran curiosamente gemelos. Rómulo, con cierto miedo a que sus sobrinos quisieran vengar la muerte de su padre, intentó asesinarlos. Sin embargo, ambos consiguieron escapar a caballo -uno blanco y otro negro- llevándose consigo una estatua de la Loba Capitolina romana que se localizaba en el templo de Apolo en Roma, lo que suponía un símbolo de la familia y de los antepasados troyanos. Senio, el mayor de los hermanos, fundó la ciudad de Siena, mientras que Ascanio constituyó Asciano. Parece que Rómulo no cesó en el intento de acabar con la vida de sus sobrinos, algo que repercutió en el plano de Siena, que presentó grandes fortificaciones para defenderse del asedio de Montorio y Camelio, emisarios del líder romano. Los colores de la ciudad de Siena y, por tanto, del equipo de fútbol, derivan de esta leyenda. Se dice que el blanco y el negro son los colores de los caballos en los que huyeron Senio y Ascanio, los cuales fueron concedidos por los dioses Apolo y Diana. La loba, por su parte, estaría presente en recuerdo de su patria original y de la que eran herederos: Roma.

Una vez vista esta extensa e interesante historia fundacional de Roma y su repercusión en los emblemas de los dos clubes mencionados, analizaremos a continuación otra entidad con presencia divina (o eso creen algunos) en su escudo: Atalanta Bergamasca Calcio. Residente en la bellísima Bérgamo, se fundó en 1907 a través de una escisión de la primera sociedad futbolística de la ciudad, el Football Club Bérgamo, creada por emigrantes suizos llegados al norte de Italia en 1903. La Dea (La Diosa), presenta en su palmarés tan solo una Copa italiana pese a ser un club con muchísimas temporadas en la Serie A. En cuanto a la historia de la figura femenina que se vislumbra en el escudo del Atalanta, tenemos que hacer una puntualización. Sus aficionados se refieren a su club como La Dea, pero cometen un error, ya que Atalanta no era diosa, sino una heroína de la mitología griega. Su figura encarna unos fuertes valores femeninos en un mundo dirigido por hombres, además de representar el valor de la lucha frente a las adversidades que puedan surgir. Lo cierto es su condición de mujer la convirtió en una hija no deseada, ya que su padre esperaba un varón. Por esta razón decidió abandonar en un monte a Atalanta siendo muy pequeña. Pese a las dificultades, Artemisa, diosa de la caza, envió a una osa para que se encargara del cuidado de la muchacha abandonada. Atalanta decidió a partir de entonces salvaguardar su virginidad y no contraer matrimonio para agradecer a la diosa su protección. Madurando y creciendo en un ambiente natural, la chica se convirtió en una asombrosa atleta y una cazadora sublime. Tan segura estaba de las capacidades físicas adquiridas que prometió casarse con aquel hombre que fuera capaz de vencerla en una carrera. A pesar de que fueron muchos los pretendientes que lo intentaron, todos acabaron derrotados. Sin embargo, uno sí que consiguió la victoria, aunque de una forma poco deportiva. Se trataba de Hipómenes, nieto de Poseidón, quien en plena carrera consiguió distraer a Atalanta con unas vistosas manzanas de oro proporcionadas por Afrodita (diosa de la belleza). La atleta poco pudo hacer ante tal reclamo, por lo que se detuvo en plena carrera a recogerlas y perdió la competición. A pesar de este final, Atalanta es considerada una figura estandarte del movimiento feminista, ya que muestra un carácter luchador e independiente ante las ataduras masculinas del momento que vivió.

Aunque hemos relatado historias con intervenciones divinas, heroicas y míticas, tenemos algo especialmente relevante en las sociedades antiguas: los símbolos. Sin duda, uno de los símbolos más destacados de Italia, y concretamente, de Roma, es el águila imperial que tanto apareció en los estandartes militares romanos. También tiene repercusión en nuestro fútbol actual. Si hablamos de "águila", "fútbol" e "Italia", sacamos algo claro de la ecuación: Società Sportiva Lazio. Campeón dos veces de la Serie A, ganador de siete Copas de Italia y cuatro Supercopas de Italia, es un club que se fundará en el año 1900. Fue constituido por nueve atletas romanos, entre los que destacaba alguno de ellos que tenía relación con los Bersaglieri, cuerpo de infantería del ejército. Este origen marcaría bien la ideología del club a lo largo de su historia. De hecho, el dictador italiano Benito Mussolini se declaró hincha de la Lazio, lo que tiene repercusiones a día de hoy en la facción ultra de la afición celeste, ya que defienden una ideología ultraderechista y nacionalista. Los llamados Irriducibili (Irreductibles), ubicados en Gol Norte del Estadio Olímpico de Roma (estadio que comparten con sus rivales de la AS Roma), presentan en muchos casos tatuajes e imágenes con esvásticas, e incluso realizan saludos fascistas durante los partidos. En cuanto a los colores del club, los elegidos serían el blanco y el azul cielo, emblema nacional de Grecia, lo que se debe a una clara referencia a los Juegos Olímpicos antiguos y a la dedicación al atletismo de sus fundadores. Sin embargo, la insignia tradicional de la Lazio es, sin duda, el águila, el cual proporciona dos de los apodos del equipo: Aquilotti y Le Aquile. Como curiosidad, la mascota del club es un águila que recibe un nombre tan clásico como el de Olimpia. Se trata de un reconocimiento al emblema que representó la época dorada de Roma con su Imperio, algo que también tenía en mente Mussolini, quien pretendía devolver la gloria pasada a la Italia del siglo XX.

Antes de finalizar con esta entrada, me gustaría regalar un bonus track. A pesar del peso mitológico e ideológico que hemos visto en varios escudos, quería comentar brevemente un escudo que me resulta simpático (y de importancia histórica) por lo que aparece en él. Hablo del emblema del Calcio Catania, situado en la isla de Sicilia. Aunque en los años 50 disfrutó de su época dorada por estar un par de temporadas en la Serie A, siempre se ha encontrado entre la Serie B y la Serie C. La caída más destacada se dará en 2015, ya que fue descendido a la Serie C por escándalo de amaños de partidos. El club fue fundado en 1929 con el nombre de Catania ACF, pero en 1944 desapareció por la Segunda Guerra Mundial. No será hasta dos años más tarde (1946) cuando se refunde con el nombre de Calcio Catania gracias a la unión del Catanese y la Virtus. Con respecto al escudo, como se puede comprobar, aparece un mamífero bastante reconocible: un elefante. No se encuentra ahí porque sea gracioso o por pura decoración. Tiene una explicación histórica. El elefante siempre estará relacionado con un gran general de la Antigüedad de origen cartaginés. Hablamos, cómo no, de Aníbal Barca, quien logró cruzar los Alpes con sus paquidermos y llegó a tener a Roma sumida en la peor situación de su historia hasta entonces tras masacrar a sus legiones en la batalla de Cannas (unos 60.000-70.000 romanos perecieron en el enfrentamiento). Todos estos sucesos ocurrirán en la denominada Segunda Guerra Púnica, pero la Primera tendrá como contexto geográfico la isla de Sicilia. Aquí, los cartagineses serán derrotados finalmente en la contienda que les enfrentó a Roma, pese a la intentona de los norteafricanos por conquistar la isla a lomos de los grandes elefantes con los que contaba su ejército. Es por ese motivo por lo que incluso en la Plaza del Duomo, la más famosa de Catania, se presenta en su zona central la llamada Fuente del Elefante, donde el protagonista es este animal.


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